jueves, 22 de mayo de 2008

EL MUNDO ROMANO

El marco geográfico
La península itálica, de aproximadamente 250.000 kms2 de superficie, se prolonga por unos 1.200 kms. hacia el sur-este de los Alpes en dirección el mar Mediterráneo, dejando al este el mar Adriático que la separa de los Balcanes y de la península griega, y al oeste el mar Tirreno enmarcado por las islas de Córcega y Cerdeña y cerrado al sur por la isla de Sicilia. Con una característica forma de bota, tiene en sus costas del sur el golfo de Tarento continuado por el mar Jónico que la separa de la península griega al este. El estrecho canal de Otranto que une los mares Adriático y Jónico tiene un ancho aproximado de 70 kms.
Surcada longitudinalmente por la cordillera de los montes Apeninos, la península italiana cuenta con varias regiones de planicies fértiles, regadas por las cuencas de los principales ríos, el Po al norte, el Arno un poco más al sur, y el Tíber en la zona central; el primero de los cuales desemboca en el mar Adriático y los dos últimos en el mar Tirreno.
La gran cordillera de los Alpes, envuelve el territorio del norte en un gran semicírculo que partiendo del golfo de Génova, al norte de la isla de Cerdeña y en la zona actualmente fronteriza entre Italia y Francia, rodea y envuelve la llanura del Po y sus afluentes hasta las costas del norte del mar Adriático, más al este de Venecia; delimitando el territorio que en la época antigua fue conocido como la "Galia cisalpina", región de los pueblos galos del lado cercano de los Alpes, en contraposición con la "Galia transalpina", al otro lado de los Alpes, en las actuales Suiza y Francia.
La cordillera de los Apeninos, por su parte, forma también un arco muy abierto en el norte, aproximándose al golfo de Génova y separando la cuenca del Po de la cuenca del Arno, zona actualmente conocida como la Toscana hacia el oeste, y en lado opuesto, en la costa norte del mar Adriático la zona de Umbría, seguida hacia el sur por el Samnio en el centro y la Apulia en el sur, contra el golfo de Tarento.
Las grandes islas próximas a la península itálica, Córcega, Cerdeña, y sobre todo Sicilia constituyen una prolongación que se proyecta hacia las costas del norte de África; separada del extremo sur de la península por el angosto Estrecho de Mesina y dotada de fértiles llanuras, en un emplazamiento estratégicamente dominante del pasaje entre el Mediterráneo Oriental y Occidental.





Origen Mitológico de Roma
Los orígenes mitológicos de Roma se remontan a la guerra de Troya, pues de allí huiría el héroe troyano Eneas (que descendía de la diosa Venus Afrodita) con unos pocos familiares y amigos. Tras un infructuoso periplo marítimo llegaron a las costas itálicas. Allí Eneas se casó con Lavinia, la hija del rey latino. De esta unión nació Ascanio (que fundó la ciudad de Alba Longa). Ocho generaciones después (unos 200 años) reinaron juntos Numitor y Amulio, quien destronó a su hermano, mató a los hijos de Numitor y a su hija Rea Silvia la hizo sacerdotisa vestal (consagrada a la Diosa Vesta).
Rea Silvia tuvo amores con el Dios Marte y de esta unión nacieron Rómulo y Remo, estos fueron lanzados en una cesta al río Tíber, donde a los pies del monte Palatino, en la desembocadura del río, los encontró una loba que los amamantó. Cuando crecieron retornaron a Alba Longa, mataron a Amulio y repusieron a su abuelo Numitor como rey de Alba Longa. Cerca de la desembocadura del Tíber existían las siete colinas: Los montes Capitolio, Quirinal, Viminal, Aventino, Palatino, Esquilino y Celio. Ellos fundaron la ciudad de Roma en el monte Palatino, (aunque Remo había elegido el monte Aventino) el 21 de Abril del 753 a.c. y gobernaron juntos hasta que Rómulo mató a Remo porque este lo insultó públicamente y traspasó el límite que había fijado Rómulo con un arado en el suelo.
Finalmente, Rómulo construyó refugios en el monte Capitolino para esclavos y criminales fugados y llevó a cabo el rapto de las "Sabinas", mujeres de otra tribu del Tíber, para que los hombres que se le habían unido tuvieran sus esposas. Después de algunas guerras entre ellos, las Sabinas le declararon su rey. Rómulo fue el primer Rey de Roma y dice la leyenda que fue llevado a los cielos por su padre Marte, y que fue venerado como el dios Quirino.


Orígenes históricos y étnicos de los romanos
En la época neolítica, la península italiana estuvo habitada, especialmente en la cuenca del Po, por pueblos agricultores que construían chozas sobre pilotes; los cuales han sido denominados terramares (tierras negras) a causa de haber quedado sus aldeas cubiertas por la tierra, formando colinas.
Durante la Edad del Bronce, transcurrida aproximadamente entre los años 2000 a 1000 a.c., sobrevinieron en la Europa Central, habitada por los pueblos del tronco denominado indoeuropeo, circunstancias desconocidas que determinaron una emigración de éstos hacia el sur; dirigiéndose algunos hacia los Balcanes y la península griega y otros hacia la península itálica, a través de los pasos de los Alpes.
Los pueblos indoeuropeos que penetraron en la zona de la cuenca del Po, son conocidos como los pueblos itálicos, los que aparentemente se mezclaron con los preexistente habitantes de dichas llanuras, a lo largo de varios siglos, y en sucesivos avances se extendieron gradualmente hacia el sur.
Organizados en tribus, los pueblos itálicos se diferenciaron en tres grupos predominantes: los umbríos que se situaron al este de los Apeninos en la costa norte del Adriático, los samnitas inmediatamente al sur de los anteriores, en los valles y estrechas estribaciones orientales de los Apeninos; y los latinos, que se instalaron en la zona del Lazio, en el valle del río Tíber especialmente en las áreas de la ribera sur, cercanas a la costa del mar Tirreno. Estos pueblos vivieron de una agricultura primitiva y de la cría de rebaños, especialmente ovinos, durante el segundo milenio a.C., en la etapa de la edad de bronce; hasta que, entre los años 1000 a 600 a.c. al tiempo que ingresaron en la Edad del Hierro, aparecieron en las costas itálicas pueblos provenientes de los territorios de civilización más avanzada del Mediterráneo oriental, los fenicios, los etruscos y los griegos, los cuales, introduciendo la escritura, pusieron fin a la época primitiva.

La civilización etrusca
Los etruscos, con toda probabilidad provenientes de la zona de Frigia en Asia Menor, emigrados a causa de las invasiones ocurridas en sus territorios, llegaron por mar a la zona del norte del río Tíber, estableciéndose a ambas márgenes del río Arno, territorio al cual dieron su nombre antiguo de Etruria, actualmente la Toscana.
Dotados de un grado de civilización muy superior al de las poblaciones itálicas de esos territorios, se impusieron culturalmente sobre ellas, desarrollando una estructura de ciudades-estado unidas por una comunidad de religión y de cultura, similares a las de la antigua Grecia, de las cuales fueron las principales Ceres, Clusium, Tarquinia y Veyes. El contacto con los griegos de las cercanas colonias de Sicilia y el sur de la península italiana, ejerció importante influencia en algunos aspectos de la civilización etrusca; especialmente en la arquitectura y la pintura.
La dominación etrusca se extendió sobre el territorio norte-central de la península italiana, desde la llanura del Po hasta el sur del río Tíber, abarcando el Lazio y los límites de la Campania, con lo cual, ejerció una poderosa influencia sobre los latinos habitantes del sur del Tíber, a los cuales impulsó hacia más avanzados estadios de civilización, en los cuales se integraron en gran medida los elementos institucionales y culturales de la civilización etrusca.
La expansión fenicia en el Mediterráneo central también afectó al territorio romano, destacándose la colonia de Cartago, que los fenicios provenientes de Tiro fundaron en el norte de África, frente a la isla de Sicilia, hacia el año 815 a.C.
La expansión cartaginesa en el Mediterráneo oriental, el Tirreno y las islas y costas itálicas, tropezó principalmente con los colonizadores griegos; pero siendo contemporánea de los primeros tiempos de Roma, formalizó con ella una extensa alianza, hasta que el crecimiento y la expansión romana condujo a ambas ciudades, Cartago y Roma, a un enfrentamiento en las Guerras Púnicas, que terminó siendo mortal para la colonia fenicia.
La colonización griega en el mar Jónico se expandió también hacia el Mediterráneo occidental, creándose un zona denominada Magna Grecia. Fundaron como principales colonias, las ciudades de Tarento, Crotona y Sibaris en la zona del golfo de Tarento, Cumas, Nápoles y Posidonia en las costas napolitanas del mar Tirreno, y Messina y Siracusa en el este siciliano; colonias que alcanzaron un gran desarrollo cultural y prosperidad económica.

Los pueblos itálicos en el siglo VIII a. C.
Hacia el siglo VIII a.c. — en que según la leyenda se fundó la ciudad de Roma — coexistían en el área centrada en el mar Tirreno, las civilizaciones fenicia, griega y etrusca. Esta última directamente colindante con los pueblos itálicos, principalmente los latinos habitantes de la zona del Lazio, al sur del río Tíber, había desarrollado con ellos una convivencia que permitió a los latinos, sin perder su identidad étnica, asimilar muchos componentes de la superior civilización etrusca.
En el siglo VIII a.C., la ciudad latina más importante era la ya antigua Alba, situada al sur del río Tíber y a cierta distancia de las costas del mar Tirreno, que atribuía su origen a descendientes del héroe troyano Eneas, emigrado al Lazio desde Troya, cuando esta ciudad fuera tomada por los griegos, según los relatos efectuados por Homero en "La Ilíada".

La Religión

Aparte de las religiones familiares y de las gentes, existía la religión oficial del Estado romano, que era común para todos los ciudadanos. Era una religión politeísta y antropomórfica, en cuanto contaba con diversos dioses a los que se asignaba forma humana.
La religión originaria de los pueblos itálicos era sumamente primitiva, por lo cual, además de la importante influencia etrusca, la religión romana recibió una gran influencia griega por medio del contacto con la civilización de las ciudades de la Magna Grecia; dando lugar a la adaptación de sus mitos y leyendas.

Los dioses romanos más importantes eran:

Júpiter — el equivalente romano del Zeus griego, que siendo dios del cielo, del aire y del trueno, ocupaba en nivel superior entre todos los dioses.

Juno — esposa de Júpiter con quien compartía el reinado sobre los dioses; equivalente por tanto a la Hera de los griegos.


Marte — dios de la guerra que, según la leyenda romana, había sido el padre de los mellizos Rómulo y Remo; por lo cual se le consideraba protector de la ciudad y origen de las virtudes guerreras y viriles de los romanos.


Vesta — diosa del hogar ciudadano, y por tanto protectora del espíritu tradicional de las familias, por lo cual cada familia tenía en su casa un santuario de Vesta con un fuego sagrado siempre encendido (de donde proviene, precisamente, la palabra "hogar"). Seis sacerdotisas vírgenes tenían a su cargo preservar el culto de Vesta y conservar en su templo principal el fuego siempre encendido. Estas sacerdotisas eran elegidas entre las hijas de las familias romanas más ilustres, debiendo servir como tales durante 30 años en que debían guardar castidad; por cuanto de violar ese voto o descuidar el fuego sagrado, eran condenadas a ser enterradas vivas.


Jano — dios que tenía la facultad de conocer tanto el pasado como el porvenir, por lo cual era representado con una cabeza de dos caras; guardián de las puertas de la ciudad y de aquellas de las casas de los romanos. En su templo las puertas se abrían en tiempo de guerra y se cerraban en tiempo de paz, a causa de una leyenda conforme a la cual el dios podría salir del templo que habitaba si era necesario para proteger las puertas de la fortaleza romana. El nombre de Jano es origen de la designación del mes de Enero, en latín Januarium, trasuntado en muchos idiomas como en January y Janeiro; porque se le atribuía también ser el dios de todo lo que se iniciaba.


Saturno — dios de la vegetación y de la agricultura al cual los campesinos rendían culto en unas fiestas anuales llamadas "saturnales".
Neptuno — dios de las aguas y el mar, representado portando un tridente con el cual pescar.
Vulcano — dios del fuego.
Plutón — dios de los dominios de los muertos.
Mercurio — dios del comercio, representado con los pies sobre una rueda alada.
Venus — diosa de la belleza femenina.
Minerva — diosa de la inteligencia.
Ceres — diosa de las cosechas.
La religiosidad de los romanos tenía importantes componentes de índole superticiosa, en su gran parte provenientes de la influencia etrusca, como la de practicar la adivinación mediante la búsqueda de indicios de la voluntad de los dioses.
Los procedimientos de adivinación se basaban en el examen de las vísceras de los animales sacrificados en el altar de los dioses, y en la interpretación del vuelo de las aves. Los especialistas en la adivinación mediante el estudio de las vísceras se denominaban arúspices; en tanto que los augures realizaban los "augurios" mediante la interpretación del vuelo de las aves.
A los arúspices correspondía lo relativo a los prodigios; hechos de producción excepcional como los terremotos y los desastres climáticos. Los augures se ocupaban preferentemente de escrutar el futuro en relación a los hechos políticos y especialmente militares, con particular referencia a los momentos previos a las grandes batallas; de manera que casi ninguna decisión importante de gobierno era tomada sin consultarlos previamente. Los augures determinaban los días fastus en los cuales las actividades públicas serían beneficiosas, y los días nec fastus en los cuales esas actividades quedaban interdictas.
El culto religioso se expresaba en ceremonias de ofrendas consistentes en presentar a los dioses alimentos u objetos valiosos; y también mediante las libaciones. El sacrificio de animales como cerdos, ovejas o toros, precedía al acto de la adivinación mediante el estudio de sus vísceras.
La dirección del ceremonial religioso estaba a cargo de sacerdotes, que salvo en casos especiales como el de las vestales eran simples ciudadanos. Los sacerdotes se agrupaban en colegia, de los cuales el de los Pontífices, encabezado por el "Pontífice máximo", tenía el cometido de velar por la conservación de la pureza de la religión

Organización social
En la sociedad romana se distinguía entre hombres libres y esclavos. Los hombres libres se dividían en patricios y plebeyos. Los patricios, a su vez, se dividían en tres órdenes: equestre, que participaban en las guerras; senatorial, dedicados a la política; y decurional, o nobleza local. Los patricios eran los dueños de la mayor parte de las tierras o latifundios
Entre los plebeyos se encontraban los campesinos, artesanos, comerciantesÂ…; algunos llegaron a convertirse en patricios gracias a las riquezas acumuladas; otros, en cambio, pasaron a engrosar la plebe urbana. Algunos plebeyos se acogían a la protección de los patricios, convirtiéndose en sus clientes, con la obligación de defenderlos en sus luchas políticas.
Los esclavos eran personas que no tenían ningún derecho. Algunos se ocupaban de tareas muy duras, como el trabajo en las minas; mientras que otros eran criados domésticos e incluso capataces o administradores de las grandes fincas de los patricios. Algunos esclavos conseguían la libertad - manumisión - porque sus amos se la concedían o porque pagaban su rescate con el dinero que ahorraban de su trabajo. Entonces pasaban a ser libertos.

EVOLUCIÓN POLÍTICA DE ROMA

La época de los reges y la expansión romana en el Lacio.
La Monarquía
Siguiendo el modelo de todas las primitivas ciudades itálicas, la forma política inicial en la Roma antigua, fue la de una Monarquía de base aristocrática, gobernada por un rex vitalicio, pero electivo. La tradición le adjudica haber tenido siete, los cuatro primeros latinos, y los tres últimos etruscos: Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Tarquino el Antiguo, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio.
Bajo los reinados de Tulio Hostilio y de Anco Marcio los romanos conquistaron su ciudad madre de Alba, y fundaron la ciudad-puerto de Ostia en la desembocadura del Tíber, que actualmente continúa siendo la puerta marítima de Roma.
La conquista de Alba también fue presentada bajo la forma de una leyenda, pero lo cierto es que la ciudad de Alba fue arrasada totalmente por los romanos, que incorporaron a sus habitantes como ciudadanos de Roma.
Bajo el régimen de los reges Roma alcanzó un importante desarrollo. Habitada por campesinos latinos que cultivaban tierras en sus proximidades, pronto fueron asimilados e integrados en la ciudad los pueblos vecinos, principalmente sabinos y seguramente la población latina originaria quedó posteriormente bajo la hegemonía de etruscos a consecuencia de su expansión en el centro de la península italiana, los cuales aportaron otras actividades, especialmente en la industria y la artesanía, y en el comercio y la navegación, así como costumbres más refinadas.
La incorporación de esos habitantes influyó de manera muy importante en la propia fisonomía de la ciudad; que comenzó a tener casas de mejores materiales y con mayores comodidades y decoraciones. Sin embargo, mientras los nuevos pobladores cumplían actividades cada vez más intensas y productivas en el comercio a través del puerto o del mercado, y prosperaban los talleres en que se trabajaban el hierro y el cobre, o las maderas, los originales habitantes latinos de la nobleza terrateniente, continuaban apegados a sus actividades agrícolas; aunque seguramente participaban del auge económico vendiendo sus productos a precios crecientes.
Durante los reinados de sus tres últimos reges, que fueron de origen etrusco, Roma consolidó su dominio sobre la zona del Lacio. Luego que Roma hubiera ido abarcando las colinas cercanas, ocupando el Capitolio donde se construyeron los principales templos, y el Quirinal que habitaran los sabinos, el rex Servio Tulio rodeó todo el territorio de las colinas con una muralla de piedra, dando origen a que Roma fuera designada como "la ciudad de las siete colinas".
El período etrusco de Roma se destacó además por la realización de grandes obras públicas, especialmente la construcción de la cloaca máxima, que drenando los pantanos existentes en los valles situados entre las colinas, permitió rellenarlos y hacerlos habitables. También en esta época fueron construidos numerosos templos en la zona del monte Capitolio, cercano al valle que más tarde sería la sede del Foro romano cuyas ruinas se encuentran actualmente a sus pies.
De cualquier manera, con el paso del tiempo se fue acentuando la influencia política y económica de los "extranjeros", sobre todo etruscos; suscitándose un creciente antagonismo con los patricios latinos.
Según las crónicas de historiadores antiguos, como Dionisio de Halicarnaso y Tito Livio, cuando su muerte puso fin al reinado de Anco Marcio, fue elegido como su sucesor un etrusco que había alcanzado gran prestigio y éxito, que asumió su reinado con el nombre de Tarquino el Soberbio.
Según las mismas crónicas, Tarquino impulsó la conquista romana de las comarcas del Lacio, con lo cual incorporó un territorio de importante riqueza, convirtiéndose Roma en un gran centro comercial de industrial, incluso en el comercio marítimo ya que sus naves transportaban mercaderías a Córcega, Sicilia, e inclusive Cartago y a las ciudades de Grecia. Aunque en realidad, el reinado de Tarquino el Soberbio transcurrió seguramente en forma contemporánea con la declinación del poder etrusco; de donde resultó el surgimiento de la influencia romana en los territorios antes dominados por ellos.
Ello aportó a Roma grandes riquezas. Los reges comenzaron a emplear en sus actividades costumbres de gran ceremonial; en Roma se levantaron palacios y se ejecutaron importantes obras públicas. El área comprendida entre los montes Palatino y Capitolio, en que se habían instalado preferentemente los etruscos, se convirtió en un gran centro de comercio e industria.
Hacia fines del siglo VI a.c., la dominación etrusca sobre Roma comenzó a declinar, como consecuencia del debilitamiento del poder etrusco a causa de los ataques e invasiones de los pueblos de la galia cisalpina en el valle del Po. Probablemente, a consecuencia del debilitamiento del poder etrusco, en el 509 a.c., los jefes de las gens latinas de Roma lograron expulsar la dinastía etrusca y establecieron lo que se denomina como la república patricia.

PERÍODO REPUBLICANO (510 - 27 a. C.)
SPQR=Senatus –Populus que Romanus (Senado y Pueblo de Roma)

En sustitución del rey, el pueblo elegía anualmente a dos magistrados, o pretores, que más tarde se llamarían cónsules, limitando así el poder a un gobierno dual y evitando el peligro de la autocracia. Surge entonces la idea de La República, o "cosa Pública".
En el año 450 a.c., se designó a diez personas, denominados Decenviros, cuya tarea fue codificar las leyes consuetudinarias. Surge así la Ley de las doce tablas, que fueron expuestas en el Foro Romano, para el conocimiento de los ciudadanos. Durante esta época toma mayor fuerza el Senado, que ya era órgano consultor de la monarquía, y se permitió la entrada en él de los plebeyos. Ello llevó a mayores reformas sociales en favor de los plebeyos que más tarde podrían elegir a los Tribunos de la Plebe, representantes de los intereses de dichos plebeyos.
Más aun. En 366 a. c. una ley obligaba a que uno de los dos cónsules fuera plebeyo y poco después el resto de las magistraturas se fueron abriendo al pueblo llano no siendo ya privilegio de los patricios.
La política romana estaba dividida en magistraturas, que se caracterizan por ser anuales, honoríficas (sin sueldo) y colegiadas (Colegas). Las magistraturas se dividen en: magistraturas mayores (Cónsul, Pretor y Censor), menores (Edil y Cuestor), y especiales (Pontifex Maximus, Dictador y Tribuno de la Plebe).

Mayores:
Cónsul: eran dos; ejercían el imperium (mando militar); eran únicamente patricios.
Pretor: eran los jueces; normalmente estaban especializados y los más importantes eran dos:
Urbano: solucionaba los conflictos entre ciudadanos romanos; ocasionalmente podía tener el imperium.
Peregrino: entendía en los asuntos en los que intervenían ciudadanos extranjeros.
Censor: era uno y se elegía cada 5 años, era una magistratura de gran prestigio en Roma. Sus funciones eran:
Hacer el censo económico y de población mediante los que se ordenaban a los ciudadanos. Era el encargado de hacer un sacrificio a los dioses llamado lustratio y se ocupaba de vigilar la moral y las costumbres.

Menores:
Edil: funcionarios municipales encargados de la limpieza, la policía, el tráfico, los bomberos en Roma; organizaban las fiestas públicas.
Cuestor: ayudantes a veces de los pretores, censores e incluso de los cónsules; su actividad básica era económica y estaban a veces en el Senado para cuestiones, también, económicas.

Especiales:
Dictador: importantísimo en épocas de desastre y calamidad de la República; los cónsules podían poner el poder a un dictador por un tiempo máximo de 6 meses; tenía todo el poder sin limitaciones, era irresponsable e improrrogable.
Tribuno de la Plebe: auténtico defensor del pueblo, surge durante las guerras civiles; en primera instancia, tenía el derecho de vetar las leyes que perjudicaban al pueblo.
Pontifex Maximus: tipo religioso; encargado de hacer los Auspicios y los Augurios para predecir e interpretar la voluntad de los dioses.
En la monarquía romana existía un órgano encargado de las funciones legislativas, éste órgano de carácter consultivo es el Senado.
En la República el Senado se identificaba con el pueblo y va a tener las siguientes funciones:
Legislativa: asuntos relacionados con las leyes deben ser aprobados por el Senado.
Política exterior: todas las guerras y demás deben ser aprobadas por el Senado.
Disposición del gobierno de las provincias: el Senado decide a quién entregar una provincia.
Control del Ager Publicus (Hacienda): todos los recursos del estado y sobre todo la emisión de moneda es controlado por el Senado
El Senado se convirtió en el órgano de mayor poder,pudiendo declarar guerras, declarar la paz o establecer nuevas colonias. Gracias a estos poderes, el senado romano se dedicó a una política expansionista. Siendo ya por aquella época la potencia hegemónica del Lacio, con la ayuda de sus aliados luchó contra Etruscos, Volscos y Ecuos. Roma se estableció por todo el centro de la península itálica.Sin embargo en el sur chocaron contra los samnitas, lo que dio lugar a las guerras samnitas del 343 al 290 a. C.
Después de sucesivas guerras al norte y al sur, y de la campaña del rey Pirro de Grecia en ayuda a Tarento contra Roma (280 a 276 a. C.), en 266 los romanos eran los amos de toda Italia.

Política exterior
En 264 a. C., comienza una de las luchas más grandes de las que enfrentó a Roma contra otros reinos: la lucha contra Cartago.
Esta lucha decidió el destino de Roma por más de seiscientos años. Fue el enfrentamiento de la propia Roma a trascender de potencia local en Italia a germen del gran imperio posterior o a su desaparición en manos de la mayor potencia naval del mundo de aquellos días. Y jamás estuvo Roma tan cerca de su desaparición. Esta lucha se centra en las Guerras Púnicas

La Primera Guerra Púnica
· Se originó como una lucha por la posesión de Sicilia. Fue principalmente una guerra naval ya que por entonces Roma había creado una poderosa escuadra, aunque aún lejos del poder de Cartago.
Los romanos vencieron en Milai (260 a. C.) pero al continuar la guerra por tierra fracasaron, con la captura del general romano Marco Atilio Régulo. Tras algunas derrotas, los romanos obtuvieron una gran victoria en las islas Egates, al oeste de Sicilia en 242 a.c. Un año más tarde la guerra terminó con la cesión a Roma del territorio cartaginés de Sicilia. Poco después se haría con Corsica y Sardinia (Córcega y Cerdeña), ambas territorio cartaginés. Roma había puesto su primer pie en el mundo.

La Segunda Guerra Púnica
Al llegar a un equilibrio en el mar, Cartago se dispuso a su expansión a costa de Hispania. El general cartaginés Amilcar Barca obtuvo grandes victorias que le llevarían a ocupar la península hasta el Tajo. Después de su muerte su hijo Aníbal amplió los territorios hasta el Ebro. En 218 a. C. comienza propiamente la guerra al abandonar Aníbal sus campamentos en Hispania y avanzar hacia Italia, consiguiendo la hazaña de cruzar los Alpes con sus elefantes ,los cuales más tarde, romperían la organizada estructura de la legión romana. Tuvo en jaque a Roma durante más de diez años asolando el sur de Italia, pero tuvo que regresar a África para enfrentarse al gran general romano Publio Cornelio Escipión llamado después de la guerra, el Africano.
Este, había conquistado ya gran parte de la Hispania cartaginesa demostrando su genio militar, mayor si cabe que el del propio Aníbal, y había tomado Cartago Nova. El regreso de Aníbal fue para encontrarse con la mayor derrota de su vida. En 202 a. C., en Zama, con un ejército mayor pero compuesto principalmente por reclutas, Aníbal cayó derrotado. El coste del fin de la guerra para Cartago fue enorme. La cesión del resto de sus territorios de Hispania, entrega de su flota y una enorme indemnización. Desde entonces nadie disputó el control del Mediterráneo Occidental a Roma


AMÍLCAR


ANÍBAL


ESCIPIÓN



ELEFANTES DE ANÍBAL

Las guerras Macedónicas
· Fueron tres las guerras que permitieron a Roma tomar el control no sólo de la región, sino de gran parte de Grecia. Sin embargo, la mayor victoria de Roma fue comprender y asimilar la gran cultura griega que fusionándose con la romana daría al mundo grandes poetas, historiadores y artistas.

Tercera Guerra Púnica
· Un capricho de la historia o del destino quiso que fuera un descendiente de Escipión el Africano quien destruyera Cartago.
Entre 149 y 146 a. C., Publio Cornelio Escipión Emiliano tomó Cartago y se convirtió en provincia romana de forma que ya no amenazara más a Roma. Pocos años después, Roma incorporaba Numancia (133 a. C.) y Pérgamo a su República, y formaba la provincia romana de Asia.

LEGIONES ROMANAS

Inicio de los conflictos internos
Roma poseía entonces ya vastos territorios y esto originó luchas internas entre las distintas facciones políticas en el Senado. Estas facciones estaban representadas principalmente por dos partidos, el aristocrático y el popular, cuyos enfrentamientos eran continuos ya que la clase patricia había degenerado de los altos valores morales e ideales de sus antepasados.
La expansión de la República continuó a costa de Yugurta, rey de Numidia y antiguo aliado de Roma contra Cartago (106 a. C.).
El prestigio militar de Roma creció por entonces gracias a la pericia de dos hombres, el cónsul Cayo Mario y Lucio Cornelio Sila, con las derrotas de los Cimbrios y Teutones en el norte de las fronteras romanas y en el sur de la Galia.
Las revueltas en las que se vio envuelta la península itálica dieron como resultado la concesión por parte del Senado romano de la ciudadanía a casi todos los pueblos de Italia, que luchando incansablemente junto a Roma y muchas veces en vez de Roma, no recibían su justo premio. Tras la que se ha llamado la Guerra Social, los pueblos que fueron derrotados por Roma en batalla dentro de la península, fueron premiados con la ciudadanía romana.
Sin embargo los problemas internos continuaron. La próxima campaña contra el rey del Ponto Mitrídates VI, sería el detonante en las relaciones entre Mario y Sila, saldándose con la guerra Civil. Sila tiene el dudoso "honor" de ser el primer comandante romano que hizo entrar las legiones en Roma para imponer su gobierno.
Expulsado Mario a África, marcha sobre el Ponto en una campaña que le llevó cuatro años, durante los cuales, Mario regresó de Africa, se alió con Lucio Cornelio Cinna de su mismo partido, y compartieron en Roma el consulado.
Poco después muere Mario y comienza una época de persecución a patricios y senadores con algunas matanzas. Cinna permanece en el poder hasta 83 a.c., momento en el que regresa Sila de Asia, restituye un gobierno patricio y castiga a sus rivales políticos con expropiaciones y destierros. Llegados a este momento, Roma debe empezar a importar la mayor parte de sus víveres, principalmente de África, debido al derrumbe de su industria agrícola, formada casi de forma exclusiva de esclavos.

LA ASCENSION DE JULIO CESAR
Cayo Julio César estaba destinado desde que nació a ser uno de los más grandes generales de la historia. Sin embargo, en un mundo en el que la intriga era (y es) el pan de cada día, no sería nada fácil.
Cneo Pompeyo Magno, gran político y militar romano era uno de sus rivales pero Julio César contaba con un valioso (y rico) aliado en Marco Licinio Craso.
Para evitar males mayores, en 60 a. C., y después de que César volviera de Hispania en la que había pasado un año como gobernador, se crea el llamado primer Triunvirato, comandado por los anteriormente citados: Pompeyo, Craso y César

El Triunvirato
Julio César obtuvo de esta manera un consulado y el mando de la región militar de la Galia Cisalpina y posteriormente la de la Galia Transalpina donde realizó grandes conquistas, y donde demostró su talento dejando para la posteridad la obra "La guerra de las Galias", "De bello Gaelico", escrito que cuenta con detalle no sólo los hechos militares sino que describe las tierras conquistadas, sus gentes, costumbres, etc. Roma se asienta gracias a ello en el centro y norte de Europa.
En 55 a. C. se reunen los "triunviros" y renuevan el pacto por otros cinco años más. Después de esa fecha, los tres tendrían poder proconsular en sus respectivas provincias. César marcha a la Galia para reprimir una revuelta y organiza la campaña de Britania. El delicado equilibrio del poder comienza a romperse en 53 a. C. con el asesinato de Craso en su guerra con Partia. El Triunvirato queda reducido a Pompeyo y Julio César. La guerra Civil es inevitable.

La guerra Civil
Con el Senado respaldándole, Pompeyo el Grande es nombrado único cónsul, y éste, con un poder que jamás antes había visto Roma concentrado en un solo hombre, se decide a acabar con sus rivales políticos.
Con el senado a su favor, y su gran cantidad de fuerzas repartidas por todas las provincias, Cayo Julio César hizo huir a Pompeyo a Grecia y se convirtió en dictador en Roma hasta que en 48 a. C. fuera elegido cónsul. Anteriormente se había hecho con el control de toda Italia, de Hispania y del puerto de Massilia (Marsella).
Otro de esos grandes momentos de la Historia, en los que se decide el destino de los pueblos y de las naciones, fue el cruce del Rubicón, río del Norte de Italia. Todos los generales romanos que regresaban a Italia tenían la obligación de abandonar su ejército antes de entrar en la provincia. Sin embargo, César sabía que si lo hacía, Pompeyo lo apresaría con el beneplácito del senado. Lo sabía, y por eso, en el momento de cruzar el río con su ejército pronunció la primera de sus míticas frases: "¡Alea jacta est!", "La suerte está echada!". Se abandona a su suerte ya que otros ya han decidido por él su curso de acción. No le queda otro remedio que acabar con Pompeyo.
En ese año 48 a. C., César llega a Grecia y derrota en Farsalia a Pompeyo, que huye a Egipto donde es asesinado. Cuando César llegó a Egipto, instaló en el poder a Cleopatra, hija de Tolomeo XI y poco después pacificó Asia Menor en la campaña contra Farnaces, hijo del rey Mitrídates, rey del Ponto. Después de la batalla de Zela, comunicó al senado romano su victoria con un escueto "veni, vidi, vici", es decir, "vine, ví, vencí". Esa frase resume perfectamente la duración de dichacampaña. Inmediatamente después, regresó a Roma a celebrar sus múltiples victorias como Dictador Vitalicio.

La Dictadura de César
Sumo sacerdote, general victorioso, jefe de todos los ejércitos romanos y cónsul por diez años desde el 45 a. C., Julio César era el hombre más poderoso del mundo conocido.
Estableció reformas sociales en las provincias, como la reforma del sistema de tributos cuya corrupción era conocida por todos. Reformó el calendario romano, en un modelo muy parecido al actual y amplió la ciudadanía a otros territorios fuera de Italia.

Su asesinato
Varias familias senatoriales miraban ya con recelo a César cuando decidieron urdir un plan para su muerte, con la excusa del temor a que pidiera la corona como Rey. Hay que tener en cuenta el profundo republicanismo que la tiranía de los antiguos reyes había instaurado en el corazón de los romanos.
El 15 de marzo de 44 a. C., llamado ese día por los romanos Idus de marzo, Cayo Julio César entró en el senado en contra del deseo de su mujer Calpurnia que había tenido un sueño premonitorio y hasta de un vidente que le advirtió: "Guárdate de los Idus de marzo". César, de carácter impetuoso y por descontado, valiente, hizo caso omiso.
Varios senadores, encabezados por Cayo Casio y Marco Junio Bruto, lo mataron, cuchillo en mano, a las puertas del senado en Roma. Cuando César vio que su querido amigo Bruto le acuchillaba, pronunció otra de las frases más famosas de este gran hombre: "¡tu quoque, fili!", "¡tú también, hijo!". En Roma se rumoreaba que Bruto podía ser hijo natural de César. En esa frase de dolor en sus últimos momentos, queda patente la traición que sufrió Julio César.
El imperio romano estaba ya en ciernes. César había nombrado como sucesor a su sobrino-nieto Octavio. Este sería el primer emperador de Roma recibiendo el nombre de Augusto.

FORMACION DEL IMPERIO

Tercera guerra Civil
Marco Tulio Cicerón intentó en vano restaurar la constitución de la república. Para su desgracia, Marco Antonio, que había sido nombrado cónsul con César, se alió con Octavio y Marco Emilio Lépido y formó rápidamente el segundo Triunvirato. Los tres triunviros procedieron ahora a repartirse el Imperio de la siguiente forma: Italia y occidente para Octavio, oriente para Marco Antonio y Africa para Lépido.
A poco de comenzar su mandato en oriente, Marco Antonio conoció a Cleopatra VII y rindiéndose a sus encantos, planeó en secreto crear un imperio oriental independiente de Roma. Al mismo tiempo, Octavio llama a Lepido a Sicilia para que le ayude a combatir a Sexto Pompeyo, hijo de Cneo Pompeyo Magno, ocasión que Lepido quiere aprovechar para conquistar la isla para sí. Por esta causa Lepido es derribado del Triunvirato. Quedan solo Octavio y Marco Antonio frente a frente. Habiendo salido reforzado de su victoria ante el hijo de Pompeyo el Grande, Octavio se dispuso a combatir a Marco Antonio y Cleopatra. Vencidos ambos en la batalla naval de Actium (Actio), se suicidan dejando a Octavio como ganador del juego, cuyo premio era nada menos que el Imperio.
En 27 a. C., Octavio es coronado Emperador recibiendo el nombre de Augusto. Es el fundador del llamado Principado. En Roma, el príncipe era el Primer Ciudadano.

Augusto y la dinastía Julio-Claudia
Octavio mantuvo la constitución republicana hasta el 23 a. C., año en el que asume el poder militar y legislativo total.
El Senado mantenía el gobierno de Italia y de las provincias más romanizadas y pacíficas; pero las fronteras, donde debían acuartelarse las legiones, eran mandadas por Legados elegidos directamente por el emperador. La antigua corrupción de la república en cuanto a la administración no fue tolerada y las provincias se beneficiaron enormemente de ello.
Como reformador social, el emperador intentó devolver a Roma la moral y el respeto por el matrimonio perdidos y trató de poner de nuevo de manifiesto los antiguos festivales religiosos.
Le sucedió Tiberio, su hijastro, en 14 d. C. Se ha dicho de él que era el menos malo de todos y que Augusto le eligió como mal menor. No había ningún amor entre ambos y cuando ascendió al trono, Tiberio intentó que a su padrastro no se le declarase como deidad en el panteón romano. No lo consiguió. Su reinado se basó en su poder militar y en su Guardia Pretoriana para mantener el control en Roma.
Sus relaciones con el Senado no fueron en absoluto cordiales, al contrario. Si bien Augusto había reverenciado al Senado a pesar de haberle quitado el poder y le había pedido consejo, Tiberio lo despreciaba y no le hacía ningún caso.
Tiberio se convirtió en un depravado a lo largo de su reinado. Un hombre excepcional en lo militar, pero un pobre estadista. El cargo que le dejó Augusto era demasiado para él. Llegó a odiar Roma y decidió vengarse de ella de una forma muy cruel.
El sucesor de Tiberio sería un sobrino-nieto suyo, hijo de un famoso general romano, Cayo Germánico. También era conocido entre los soldados de su padre con el nombre de "pequeña bota", en latín "Calígula". La venganza de Tiberio se había cumplido.
Calígula fue bien recibido por Roma. Era muy popular en comparación con Tiberio y al principio todo iba bien. Casi inmediatamente de subir al trono, Calígula empezó a derrochar todo el tesoro que su tío-abuelo había reunido, gastándolo en fiestas y espectáculos populares. Luego de siete meses, sufrió una terrible enfermedad que casi lo mató, pero milagrosamente logró recuperarse.
Aquí es donde los historiadores ven la auténtica razón del comportamiento posterior de Calígula. El emperador cambió ... a peor. Se cree que dicha enfermedad causó graves daños a su cerebro y que ello originó su esquizofrenia.
Juicios por traición, extorsión a ricos romanos para soportar el gasto que traían sus diversiones, castigos más allá de toda crueldad, etc. Así fue en lo sucesivo el reinado de Calígula.
Usaba su ejército de la forma más dispar. Por ejemplo, un día ordenó a sus tropas marchar al canal de la Mancha y recoger conchas del mar. Después ordenaría a sus hombres regresar a Roma para traérselas y declaró entonces que había conquistado el mar.
En enero de 41 d. C., una furiosa muchedumbre encabezada por la guardia Pretoriana asesinó a Calígula César, a sus mujeres e hijos.
Después de este desastroso reinado, el senado intentó restaurar de nuevo la república, opinión contraria a la guardia Pretoriana que era por entonces de mayor peso. Cuenta la tradición que la guardia Pretoriana, buscando un sucesor, recorrió el palacio imperial de cabo a rabo y encontró escondido detrás de una cortina a Claudio, tío del difunto y nada llorado emperador. No se debe tomar la actitud de Claudio como cobarde ya que Calígula se dedicaba a matar a sus parientes.
El reinado de Claudio fue bueno para Roma. Se anexionó Tracia y algunas provincias en Africa. Fundó colonias en Britania asentando el poder en aquella provincia
tan propensa a la rebelión. Reorganizó el suministro a Roma de grano y mejoró el sistema judicial romano, extendiendo la ciudadanía y sus derechos a nuevos grupos sociales hasta entonces vetados.
Murió en 54 d. C. después de trece años de reinado "accidental".
Posiblemente, el único error de Claudio fue dejar la sucesión en manos de Agrippina, su esposa. Su elección fue desastrosa: Eligió a Nerón Claudio César Augusto Germánico, más conocido como Nerón.
Los primeros años de Nerón como emperador fueron buenos, sobre todo gracias a los consejos de Séneca, que le hizo ver que su bienestar era más importante que esos aburridos asuntos de estado. Así, en la sombra, ellos regían sabiamente el imperio.
Todo cambió cuando se casó con Popea Sabina, que reemplazó a sus consejeros no estando en absoluto preparada para ello. Uno de los actos más recordados de Nerón es el incendio de Roma. No le gustaba la ciudad y planeó su reconstrucción desde sus cimientos. Se esparció el rumor, incierto- ya que estaba fuera de la ciudad observando el "espectáculo"-que Nerón mismo había comenzado el fuego.
Para desviar la ira de los romanos de él mismo, Nerón proclamó que habían sido los cristianos. Se inició la persecución de los mismos por primera vez.
En el área que quedó desierta tras el incendio, Nerón ordenó construir su "Palacio Dorado", que de haberse construído, hubiera ocupado un tercio de la antigua superficie de Roma.
Todo esto no se pagaba sólo. Nerón empezó a exigir más y más impuestos,a Italia, a las provincias ...
Empezaron las revueltas en Britania, Galia, etc. En 65 d. C. Comenzaron las conspiraciones para matarlo. Finalmente, en 68 d. C., acabó la línea de los emperadores Julio-Claudios con la muerte de Nerón, que se suicidó cortándose el cuello. El senado lo "honró" con el título: "Damnatio Memoriae", "Maldito en la memoria". Su recuerdo fue borrado de todo registro.

Los emperadores Flavios
El año 69 d. C. fue un año de luchas internas. Las legiones occidentales querían como emperador a sus propios comandantes, y hubo dos emperadores casi seguidos, Galba y Oto. En ese momento, las legiones de oriente proclaman a su comandante, Tito Flavio Vespasiano emperador de Roma. Vespasiano, hombre sobradamente inteligente y capaz, no atacó a Roma, al menos directamente. Atacó su estómago.Tomó Egipto, granero del imperio, y esperó. Poco después todo el imperio lo aclamó como emperador. En 69 d. C. fue declarado "imperator in absentia" y en 70 d. C. regresó a Roma.
En sus diez años de reinado, Roma vio unhombre honesto, trabajador, con grandes aptitudes como soldado. Fue un renacimiento para Roma. Curiosamente Vespasiano no era de Roma pero fue el primero de todos los emperadores en adoptar el nombre de César como algo respetuoso, no como una simple parte más de su nombre imperial.
Pacificó el imperio, que era su problema a corto plazo, y luego entró a reformar en profundidad el sistema socio-político. Puso gobernadores en las provincias dotados con su mismo sentido de la honestidad. Aunque debió mantener impuestos altos, invirtió sabiamente el dinero, devolviendo la solvencia al imperio, mejorando infraestructuras y dando un salario estatal a los profesores en las escuelas de oratoria romana y griega.
Le sucedió su hijo Tito, uno de los emperadores más queridos y menos afortunados de la historia imperial. Murió dos años después y durante su reinado, el volván Vesubio se tragó Pompeya y Herculaneo, y un inmenso incendio devastó Roma.
Domiciano, hermano del emperador ascendió al trono. Su padre había preferido siempre a Tito y esto convirtió a Domiciano en un ser celoso de su poder. Gobernó como un autócrata y despreció al Senado desde el primer momento.
No ocurrió lo mismo con sus legiones que lo mantuvieron en el poder, ya que gozaban de su favor. En 86 d. C. decidió no esperar a su muerte para proclamarse dios y Roma sufrió una época de terror con juicios y ejecuciones por traición.
Militarmente hizo poca cosa. Expandió Britania hasta la actual Escocia, reprimió una rebelión en Africa y otra en Dacia. En los últimos años se multiplicaron los juicios y las ejecuciones y finalmente el capitán de la guardia Pretoriana arregló su asesinato. El senado recurrió de nuevo al título "Maldito en la memoria" para borrar todo registro de su reinado.

Los emperadores Antoninos
Aquí se inicia lo que se ha llamado la Época Dorada de Roma. El senado tenía ya preparado un sucesor. Marco Coceo Nerva, senador conservador y ya entrado en años. Lo primero que hizo fue llamar a los refugiados políticos, anular lasleyes sobre traición anteriores y jurar que no habría más matanzas entre los senadores.
Consiguió dos cosas fundamentales: permanecer en el trono el tiempo suficiente para que se calmaran las cosas y eligió como sucesor al mejor hombre que encontró, en vez de tratar de fundar una dinastía.Tal vez su elección fue motivada en parte por el descontento de las legiones que no querían ser comandadas por un senador sin experiencia militar. El general Marco Ulpio Trajano sería el siguiente emperador. Nerva lo adoptó como su hijo, cosa nunca hecha antes por un emperador y murió a los dos años de reinado por causas naturales. El Senado lo deificó gustosamente.
Trajano no era romano, ni siquiera italiano. Era descendiente de una familia aristócrata de Hispania. Poseía cualidades raras en un emperador: humildad, amabilidad y modestia.
Aunque era claramente un autócrata, no poseía ninguno de los malsanos vicios de Domiciano. Incluso trató de hacer buenos amigos en el Senado, al que trataba cortésmente.
Bajo el reinado de Trajano, el imperio llegó a su máxima extensión histórica. Conquistó Dacia, Armenia, Asiria y parte de Arabia. Reorganizó las finanzas imperiales, hizo donaciones públicas y fundó instituciones benéficas para los huérfanos. Mejoró Roma y creó grandes festivales, uno de los cuales, el que festejaba la conquista de Dacia, duró ciento diecisiete días.
En 117 d. C., el senado le concedió el primero de una serie de honores. En adelante fue llamado "Optimus", "El Mejor". Aunque había renunciado públicamente a su deificación, el senado le concedió el título de dios a su muerte. Posiblemente, Trajano fue el tercer gran emperador de Roma. Mientras preparaba una campaña contra Mesopotamia, el emperador se sintió enfermo y próximo a la muerte, adoptó como a su hijo al general de Hispania Publio Aelio Adriano.
El nuevo emperador adoptó la táctica que había seguido Octavio Augusto dos siglos atrás: el crecimiento del imperio dentro de sus propias fronteras,o lo que es lo mismo, renunció a nuevas conquistas en favor de mejorar el actual imperio.Abandonó Asiria, decisión que enfureció a los generales romanos, pero que a la larga demostró ser correcta ya que dicha provincia no había sido pacificada ni conquistada sino temporalmente derrotada y se preparaba una rebelión a gran escala. También devolvió a Armenia su estatus de reino satélite de Roma.Tanto en Britania como en Germania estableció posiciones defensivas más sólidas contra los celtas y pictos que cada vez más arreciaban con sus ataques las tierras conquistadas.
Dotado de magníficas cualidades tanto para la administración como para los asuntos militares y sociales, se le atribuye con razón la frase: "El gobernante existe para servir al estado, no el estado para el gobernante".
Adriano tenía una gran influencia griega que se resume en esa frase. Su mayor cambio social y su mayor error, como se vio después, fue permitir acceder a las clases sociales más bajas a cargos administrativos y públicos sin hacer el servicio militar. Esto traería a la larga un mayor distanciamiento entre el ejército y la administración, de desastrosas consecuencias años más tarde.
En 135 d. C. el emperador comenzó a sentirse enfermo. Su gobierno se volvió bastante tiránico y empezó la búsqueda de su sucesor. Después de bastantes descartes su elección fue Tito Aurelio Antonino. Justo antes de morir, hizo que Antonino adoptara dos herederos, Marco Aurelio Antonino y Lucio Vero, de dieciséis y siete años de edad respectivamente. Ambos fueron seleccionados por el mismo emperador que murió poco después.
Según algunas fuentes, Antonino fue el emperador más amado de todos. Las monedas que se acuñaron en su reinado llevaban las palabras "Tranquilitas" y "Concordia", "tranquilidad" y "paz".
Su primera tarea fue presionar al Senado para que deificaran a Adriano. El senado se resistía ya que éste no había sido tan popular como otros, a pesar de su competencia. Sus apasionados discursos acerca de su padre adoptivo le ganaron la deificación y a él mismo, el sobrenombre de "Pío".
Antonino era también un "provinciano", de la Galia Narbonense, y su mujerera de Hispania. Poco se sabe con certeza de su reinado ya que las fuentes son escasas, pero lo que se conserva es todo uniformemente positivo. Demostrando su maestría en la administración, hizo realidad el sueño de todo político, pasado, presente o futuro: bajó los impuestos mientras aumentaba el gasto público sin déficit presupuestario.
No inició guerras y se limitó a defender las fronteras, cada vez más revueltas, de los ataques de los bárbaros del norte.Murió en 161 d. C. y fue llorado largamente. Fue inmediatamente deificado. Tan largo y bueno había sido su reinado que se les puso a todos los emperadores de la Época Dorada su nombre, emperadores Antoninos. Su sucesor, largo tiempo atrás seleccionado, fue Marco Aurelio. Callado, amante de la paz Era un hombre tranquilo, con la personalidad de Antonino, pero desgraciadamente sin su misma suerte. Posiblemente, el emperador hubiera sido mucho más feliz como filósofo que como estadista. Tal fue así que cometió el error de nombrar co-emperador a su hermanastro Lucio Vero. Esto sentó un nefasto precedente que más tarde llevaría a la división del imperio. Pero tenía mayores problemas que eso. Las fronteras estallaron en guerra por aquel entonces y este emperador amante de la paz realizó más campañas de guerra que cualquier otro anterior. Los partos invadieron el este, había revueltas en Galia y en el Delta del Nilo, y en Mauritania se alzaron los rebeldes. Peor aún, las tribus germanas del Danubio se unieron, aplastaron la legión romana allí estacionada y arrasaron la región. El emperador se vio obligado a vender el tesoro imperial para pagar tropas. Se usaron gladiadores y esclavos en los ejércitos para paliar la escasez de hombres. Los germanos fueron detenidos pero a un altísimo precio.
Para colmo, los legionarios que volvían del este contra los partos trajeron una plaga que devastó no solo Roma sino varias ciudades de Italia. Hubo fuertes pérdidas de población en toda Italia. Muchos historiadores ven aquí la causa del largo declive de Roma. Nombró sucesor y co-emperador a su hijo Lucio Aelio Aurelio Comodo en 177 d. C. y murió, en combate, tres años después.
Comodo fue el último de los Antoninos. Y no es de extrañar dado su reinado. Más comparable con Nerón que con ningún otro, Comodo quería ser una estrella de los deportes romanos. Era un adolescente mimado, sin el sentido de la responsabilidad de su padre y lo más importante, no quería ser emperador. Subió los impuestos para pagar sus diversiones. Era cruel y no se interesaba por Roma ni su seguridad. Afortunadamente para él tenía buenos generales que custodiaban las fronteras. Igual que Domiciano, se declaró dios viviente (quizá porque pensó, con razón, que no lo harían a su muerte) y al igual que el de Domiciano, su reinado acabó con la traición de alguien cercano a él. Fue estrangulado por su preparador físico mientras luchaban. El senado no tardó en declararlo "Damnatio Memoriae". Y se inicia el largo descenso hacia el fin.

CAIDA DEL IMPERIO Y DESINTEGRACION

Los emperadores Severos
La muerte de Comodo en 192 d. C. trajo otro año de varios emperadores y guerras civiles. Desafortunadamente, no había ningún Vespasiano al final para hacerse con el poder.
En 193 d. C., Séptimo Severo reclamó el trono imperial. Se apoyó en su poder militar, según él, verdadera fuente del poder imperial y rechazó al Senado y las costumbres romanas.
Inició la dinastía de los Severos, que se mostraron incapaces de resolver los problemas del imperio a través de sus cincuenta años de reinado. Aumentaron el poder de las legiones sobre el poder civil y en 235 d. C. su reino llegó a una conclusión predecible: Severo Alejandro, el último de ellos fue asesinado por sus tropas al no poder pagarles.
Durante el siguiente medio siglo hubo quince "emperadores" que eran asesinados por generales ambiciosos o por sus tropas. El único que trajo algo de paz y construyó una formidable muralla alrededor de Roma fue Aurelio de 270 d. C. a 275 d. C.

El emperador Diocleciano
En 284 d. C. ascendió al trono Diocleciano, que creó la forma de gobierno llamada tetrarquía. En la cúspide, dos co-emperadores y debajo de ellos dos vice-emperadores. Duró alrededor de veinte años. Otra de las reformas fue a causa de la escasez de hombres a lo largo del imperio. Cada hijo debía seguir el oficio de su padre. Los granjeros tampoco se podían cambiar de tierras sin permiso expreso del emperador. Aquí puede verse claramente el comienzo del sistema feudal, que sería común en la Europa medieval.
La tetraquía de Dicleciano no sobrevivió a su muerte, cosa no extraña, y a dicha muerte sobrevinieron veinte años de descontento.

El emperador Constantino
En 324 d. C. asciende al trono Constantino, emperador conocido sobre todo por dos profundos cambios para el ya decrépito
imperio: ordenó construir una "Nueva Roma" en el lugar donde hoy está Estambul, por entonces Bizancio, y la llamó Constantinopla. Rápidamente se convirtió en el centro de Oriente. Y segundo, se convirtió al cristianismo. El emperador buscaba una fuerza moral capaz de restablecer el orden en el caótico imperio y después de considerar varias opciones, se decidió por el cristianismo.
La creación de Constantinopla comenzó la separación del imperio en occidental y oriental, ya que mucha de la administración y de los negocios fueron trasladados a la nueva ciudad.

División del imperio
En el 364 d. C. se hace la separación informal con el emperador Valentiniano que da el imperio de Oriente a su hermano Valeno. Sin embargo, fue Flavio Teodosio el Emperador romano que impuso el catolicismo como religión oficial y dividió el Imperio entre Oriente y Occidente. Adquirió experiencia militar combatiendo en Gran Bretaña bajo el mando de su padre; luego él mismo fue dux de Mesia (actual Serbia) en el 374, defendiendo eficazmente aquella provincia fronteriza frente a los sármatas. Pero se retiró a sus dominios en la actual Coca (Segovia) tras la ejecución de su padre. Y allí estaba en el 378, cuando le llamó el emperador Graciano para encargarle la defensa de Mesia frente a la invasión de los godos. Así, en el 379 fue nombrado augusto con potestad en Oriente, comenzando su reinado sobre aquella parte del Imperio. Venció a los visigodos y pactó con su rey Atanarico la instalación de este pueblo germánico en Mesia como federados del Imperio (es decir, aliados bárbaros a los que se encomendaba la defensa de la frontera). Luego transmitió el título de augusto a su hijo Arcadio, con lo que estableció una nueva dinastía imperial, que de momento reinaría sólo en Oriente. Mientras tanto, en Occidente Graciano fue destronado por otro militar español, Máximo; pero su poder fue disputado por el hermano de Graciano, Valentiniano II. Teodosio, que había reconocido inicialmente la autoridad de Máximo, se alió luego con Valentiniano, e incluso emparentó con la familia imperial de Occidente, al casarse con Gala (hermana de Valentiniano y de Graciano) en el 387. Al año siguiente venció a Máximo en la batalla de Aquileya, extendiendo su autoridad a todo el Imperio, si bien mantuvo formalmente en el Trono occidental a Valentiniano II (388).
En el 394 d.c. el emperador Honorio, hijo de Teodosio oficializa la división del Imperio, tomando para él el imperio de Occidente y el de Oriente para su hermano Arcadio. Honorio movió la capital de Roma a Rávena que era más defendible y esto aceleró la decrepitud de la ciudad, hasta tal punto que al comienzo del siglo quinto, Alarico, jefe de la tribu germana de los Visigodos, saqueó Roma durante tres días, en los cuales no encontró resistencia. Converso reciente al cristianismo, Alarico saqueó los templos paganos y dejó en paz las iglesias. En 406 d. C. aparece en Europa desde Asia Atila, con la tribu de los Hunos, empujando a tribus europeas al oeste y al sur. Las tribus, entre la espada y la pared, eligieron Roma como mal menor y las provincias fronterizas comenzaron a recibir oleada tras oleada de bárbaros. El emperador llamó a sus legiones de las provincias más alejadas para defender las provincias centrales. Las legiones abandonan Britania dejándosela a los Pictos y Celtas (aunque más tarde éstos serían invadidos por Anglos, Sajones y Jutos, huyendo de los Hunos), Hispania, que se declara independiente y África, es invadida por los Vándalos. Aproximadamente en 450 d. C. el imperio romano de occidente estaba ya casi muerto. Varias tribus se disponían a roer el cadáver cuando Odoacer, jefe de un ejército mercenario bárbaro, depone al último emperador en Roma, un muchacho llamado Rómulo Augústulo, y se declara rey de Italia en 476 d. C. El imperio romano había caído. El imperio de Occidente se derrumbó en reinos bárbaros y el imperio de Oriente sobrevivió como imperio Bizantino hasta 1453 d. C., año en que cayó en poder de los Turcos de Constantinopla, cerca de mil años después que el occidental. Pero debemos preguntarnos ¿Por qué cayó Roma? Se pueden aducir muchas razones. Sin embargo hay que recordar que el imperio gemelo de oriente sobrevivió mil años más. Edward Gibbon, uno de los primeros historiadores que escribió sobre Roma, aduce que una de las principales causas fue la influencia del cristianismo. Sin embargo, existen también poderosas razones económicas: Bajo el imperio, Roma vivió un aumento de la producción agrícola, lo que supuso más alimentos, lo que a su vez llevó a un mejor nivel de vida. Todo esto contribuyó a que la mortalidad en el imperio disminuyera considerablemente y por lo tanto, llevó a una masificación popular a lo largo de todo el territorio administrado por Roma. Llegado el momento, su industria agrícola se derrumbaría a causa de tal demanda. En cierto modo, el imperio caía víctima de su propio éxito. A menos producción, menos impuestos, menos recursos para la defensa. Las invasiones que sobrevinieron arrasaron las tierras, disminuyendo el comercio y a su vez los beneficios. A la vez que los ejércitos de Roma disminuían, las poblaciones bárbaras aumentaban. Además, cuando Roma comenzó sus conquistas, tenía un desarrollo tecnológico mayor que las tribus bárbaras. Sin embargo Roma se enquistó en sus avances (es curioso el detalle de un asesor militar del imperio que en el siglo tercero llegó a asegurar al emperador que jamás se llegaría a un nivel tecnológico militar superior al de entonces), a pesar de que los romanos eran grandes ingenieros como prueban sus calzadas, sus puentes, acueductos, edificios civiles y administrativos, etc. El ejército romano también tuvo mucha responsabilidad. Cada vez formado más por provincianos que por ciudadanos de Roma, tenían menos apego a defender un territorio que no era el suyo. Siendo leales a Roma no demostraban, sin embargo, gran amor por ella. A su vez, y cerca del fin, el ejército no existía como tal. Eran, simplemente, distintos ejércitos mercenarios bárbaros que más que defender, conspiraron para repartirse los despojos.

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