martes, 29 de abril de 2008

expansion colonial de europa

Luego de la caída de Bizancio en manos de los turcos otomanos, el papel de puente comercial entre Asia y Europa que había cumplido esa zona hasta ese momento, se terminó. Esta situación obligó a los europeos a buscar nuevas rutas hacia el Oriente a través del Atlántico, y esta nueva necesidad, junto a los nuevos inventos que ya mencionamos, permitió a los europeos navegar cada vez más lejos. Los portugueses lograron bordear África, cruzaron el Índico y llegaron hasta India y China, mientras que los españoles, buscando la ruta occidental que los llevara hasta Oriente, se encontraron con el continente americano.
Entre 1492 y 1522 se duplicó el mundo que conocían los occidentales. Vasco de Gama dobló por el cabo de Buena Esperanza, se exploró una parte importante de América del Sur y se dio la vuelta al mundo por primera vez: esta enorme expansión europea significó un vuelco muy importante en la historia de la humanidad. El continente americano entró a la historia universal que se redactaba en Europa, y con ello comenzó a formar parte de una conciencia universal en la que este nuevo continente se fue convirtiendo en parte de un contexto geográfico que se ampliaba como nunca antes.
El descubrimiento de América
Cristóbal Colón, al servicio de los reyes católicos de España, intentando encontrar una ruta más corta que lo llevara a Oriente y convencido de la esfericidad de la Tierra, se encontró con el continente americano. Antes de su partida, los reyes le habían prometido –en un acuerdo conocido como Capitulaciones de Santa Fe- un nombramiento vitalicio como almirante de todas las tierras descubiertas. Sería, además, virrey y recibiría la décima parte de las riquezas que encontrara.
Colón, equipado con dos carabelas, La Pinta y La Niña, y una nao, la Santa María, salió del Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, navegando hacia el Occidente. Dos meses más tarde, llegó a una isla llamada Guanahaní (en voz caribe), que el almirante bautizó con el nombre de San Salvador, al tomar posesión de ella en nombre de los reyes católicos.
Realizó cuatro viajes a América, regresando a España, por última vez, en noviembre de 1504, el mismo mes en que murió Isabel la Católica, quedando sin apoyo y a merced de antipatías de funcionarios de la corona, que nunca reconocieron lo prometido en las Capitulaciones de Santa Fe. Colón nunca supo que su lugar de destino no había sido la India, y murió pobre y olvidado en mayo de 1506.
Luego del descubrimiento de Colón, surgieron disputas entre españoles y portugueses sobre los derechos de conquista por las tierras descubiertas y por descubrir. Ante esta situación, el Papa Alejandro VI, con la Bula Inter Caetera, trató de hacerlos llegar a un acuerdo. Finalmente, con el Tratado de Tordesillas en 1494, se determinó una línea imaginaria que iba de polo a polo, a 370 leguas al Oeste de las islas de Cabo Verde, dando a Castilla el derecho sobre las tierras al Oeste de dicha línea y a Portugal sobre las tierras situadas al Este.
La inserción de América en el mundo occidental
El encuentro de estos dos mundos, con la consecuente inserción de América en el mundo occidental, fue complejo y tuvo muchas consecuencias.
Simplificando la situación, podemos enumerar algunas de ellas. Desde el punto de vista demográfico, para América la llegada de los españoles significó una fuerte mortalidad de la población por diversas causas. Entre estas podemos mencionar las guerras de conquista, el nuevo sistema de trabajo al que debieron someterse los indígenas, el contacto con nuevas enfermedades europeas frente a las cuales no tenían anticuerpos para su defensa, etc. Para Europa representó la posibilidad de insertar población excedente o colocar población que era perseguida por motivos religiosos, como sucedió con los primeros colonos que profesaban el calvinismo y los ingleses, que se establecieron en América de Norte.
Por otra parte, la existencia de algunos sistemas de producción económica que requerían numerosa mano de obra reactivó el fenómeno del esclavismo, por lo que se trajo población desde distintos lugares de África para poder mantener la producción agrícola. En este encuentro étnico se encuentra uno de los orígenes del mestizaje, que constituye una característica esencial de todo nuestro continente.
Se produce, también, un intenso intercambio de productos entre los dos continentes. De América se llevaron a Europa productos como el cacao, la papa, el maíz, el poroto y el tomate. De Europa llegaron a América la vid, el olivo, el trigo, el caballo.
En América se explotaron yacimientos de minerales preciosos, lo que produjo un importante cambio en la economía Europea de aquel momento. Estos nuevos recursos sustentaron las guerras de las monarquías autoritarias de diferentes países europeos. En el viejo continente se produjo la tendencia a atesorar estas riquezas, provocando una fuerte alza de los precios de ciertos productos.
El oro y la plata americana, en constante flujo con Europa, hicieron que se desarrollaran la agricultura y la industria europeas. Con justa razón, algunos historiadores han opinado que la posterior Revolución Industrial del viejo continente, en parte, se habría financiado con los metales preciosos que fluían desde América.
De esta manera, América exportaba materia prima y recibía productos manufacturados.
El comercio español estaba en manos de la Casa de Contratación, creada en 1503 por los reyes católicos, con sede en Sevilla.
El mapa del mundo y los intereses de los monarcas y los nuevos burgueses, en tanto, se fueron rearmando a partir de estos nuevos escenarios económicos.
Sin duda alguna, la conquista de los nuevos continentes fue una base económica para la formación de nuevos imperios, como el español, el portugués y el inglés.
Después de estos eventos, claramente el mundo no fue el mismo. Algunos se centraron en la producción de materias primas, obligados por duras condiciones monopólicas; otros, como en el caso del imperio español, concentraron sus nuevos intereses en la comercialización y manufactura.
De esta manera, el reordenamiento geopolítico preparó las condiciones para que se llevaran a cabo la Revolución Industrial y la Revolución Francesa a fines del siglo XVIII.

1 comentario:

andres dijo...

ola papá oye super bueno esto me parecio super interesante chao de andres =)